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EL PODER DEL AHORA

Updated: Oct 23, 2023






"El ayer es historia, el futuro es un misterio, y el hoy es un regalo, por eso se llama presente", así reza una poderosa frase que todos deberíamos reflexionar y que San Mateo nos predica en el versículo 6:34 cuando dice: “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta al día su propio mal.”


Al detenernos a pensar, el ahora es el mejor obsequio que tenemos, ya que es el lugar donde podemos cambiar, moldear y dar forma a nuestra realidad. ¿Cuántas veces quedamos atrapados pensando en el pasado, en el "hubiera"? ¿Cuántas veces nos preocupamos de más por el futuro, temiendo lo peor para nosotros mismos y nuestros seres queridos? En ocasiones, nos angustiamos por cosas que aún no han sucedido, y lo paradójico es que cuando finalmente ocurre lo que tanto temíamos, es posible que lo hayamos atraído debido a nuestras persistentes oraciones negativas. Debemos recordar que nuestras oraciones son pensamientos, y los pensamientos son energía que atrae energía.


Cuando te quedas atrapado en el pasado o te preocupas demasiado por el futuro, te privas de disfrutar el momento presente en el que realmente estás viviendo. Si tu mente está anclada en lo que ya ocurrió o está constantemente preocupada por lo que vendrá, pierdes la conciencia del aquí y el ahora. A estas alturas, ya entendemos lo crucial que es estar plenamente conscientes y no permitir que nuestros pensamientos automáticos tomen el control en nuestra vida cotidiana, tal como mencioné en el capítulo sobre "Domina Emociones, Controla tu Vida".


Es realmente preocupante ver cómo, en la actualidad, nos sentamos a comer en una mesa y, en lugar de estar presentes en ese momento, estamos absortas en los teléfonos, conversando con alguien que está lejos. Incluso al subirnos al ascensor, nuestras miradas permanecen fijas en las pantallas de los dispositivos en lugar de estar conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor. Los teléfonos móviles representan una de las mayores amenazas para nuestra capacidad de estar verdaderamente presentes, ya que nos alejan de disfrutar nuestro entorno y nos sumergen en una especie de realidad virtual, el Matrix, desconectándonos de lo que nos rodea. Esta desconexión nos priva de experimentar plenamente el momento presente, de mantener nuestra conciencia y de aprovechar nuestro poder para moldear nuestra propia realidad.


Además de eso, es común que consultemos el reloj con frecuencia, como si el tiempo fuera un dictador de nuestras actividades. No quiero decir que revisar la hora sea malo en sí mismo, pero debemos tener cuidado para que no se convierta en un dictador en nuestra vida cotidiana. Con todos los "compromisos" y actividades que tenemos hoy en día, es entendible que necesitemos estar al tanto del tiempo. Sin embargo, lo crucial es asegurarnos de que esta práctica no nos aleje del presente. El constante monitoreo del reloj puede mantenernos constantemente enfocados en el futuro, impidiéndonos disfrutar plenamente el momento presente.


La clave para estar plenamente consciente radica en prestar atención al aquí y al ahora, y evitar que nuestra mente divague constantemente hacia el pasado o el futuro. Hay que disfrutar de los momentos actuales y tomar decisiones conscientes en lugar de obsesionarnos con eventos pasados o futuros. Cada mañana que nos levantamos, se nos brinda una nueva oportunidad para comenzar de nuevo, para vivir, aprender y sentir gratitud por lo que tenemos en ese momento.


Para atraer nuestros deseos y expresar nuestras peticiones a Dios o al Universo, es esencial que mantengamos nuestra mente y nuestra intención en el presente. Enfocarnos en el pasado o el futuro solo nos sumerge en preocupaciones, miedos o remordimientos, y estas emociones actúan como barreras energéticas para la manifestación de nuestros deseos. Mantener nuestra mente en el presente nos libera de estas emociones que pueden perturbar nuestra paz y serenidad. Aunque esto puede resultar desafiante, especialmente cuando nos inquietamos por nuestros seres queridos o enfrentamos dificultades económicas, personales o de salud, es importante aprender a calmar la mente, afrontar las situaciones con serenidad y mantener la esperanza de que lo que estamos experimentando forma parte esencial de nuestro aprendizaje en esta vida.


En estos momentos, es cuando debemos cultivar nuestra fe en Dios y confiar en que lo que experimentamos es lo mejor para nuestras almas. Recordar el pasado nos lleva a revivir las emociones asociadas a él, y estas emociones son las que influyen en nuestras decisiones y comportamientos. Nuestros pensamientos recurrentes nos conducen a las mismas emociones, que a su vez nos llevan a los mismos comportamientos, creando experiencias repetitivas y emociones familiares, como un ciclo que se retroalimenta Esta repetición constante nos impide cambiar, crecer, y evolucionar como individuos. De esta manera, nos resulta difícil manifestar nuestros deseos, ya que el cómo pensamos y el cómo sentimos siguen estancadas en experiencias pasadas.


La clave está en no preocuparse por el mañana, tal como lo menciona San Mateo. Debemos vivir plenamente el presente, dejar atrás el pasado mientras nos enfocamos en las actividades del presente, de esta manera, creamos nuestro futuro con intención y propósito.

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