Llega un momento en la vida en el que nos hacemos ciertas preguntas: ¿Quien es Dios? ¿De dónde viene? ¿Porqué nos lo imaginamos como una persona? ¿A que venimos a la tierra?
Como religiosos, sostenemos la creencia de que Dios es el creador del universo y de nuestra existencia. Sin embargo, surgen preguntas inevitables de quién creó a Dios. ¿Acaso surgió de la nada? Y si es así, ¿qué entendemos por "nada"? ¿Se refiere a un espacio vacío? Y en tal caso, ¿quién creó ese espacio? Además, como católico, me pregunto por qué considero a mi Dios católico como el único verdadero y bueno en comparación con otras religiones.
Estas preguntas y otras similares siempre me han inquietado, y chocan con las enseñanzas que tuve dentro de mi formación católica. Cuando he planteado estos cuestionamientos a los sacerdotes que me han instruido, su respuesta ha sido: "Ten fe", aunque no antes de que se irritaran un poco.
La respuesta de "ten fe" no me ha satisfecho. Parece ser una respuesta rápida para evitar razonar más allá de nuestra existencia y de cómo funciona Dios. Al cuestionar las enseñanzas de la Iglesia, como institución, uno puede sentir un conflicto. En consecuencia, la respuesta inmediata, su salvavidas frente a la ignorancia y la falta de razonamiento, es: "Ten fe. Así lo dice la sagrada escritura."
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la sagrada escritura fue compilada por el Papa Dámaso I, quien seleccionó algunos escritos antiguos que formarían parte de la Biblia, dejando fuera otros escritos. Además, esta escritura es una interpretación de las palabras de los apóstoles, ya que no fue escrita por ellos mismos, excepto el apocalipsis que se cree que fue escrito por San Juan. Tomando en cuenta esto, podemos inferir que pudo haber ocurrido una especie de "teléfono descompuesto" o diferencias en la interpretación de lo que Jesús realmente quiso transmitir en ciertos pasajes.
No me malinterpreten, yo creo en Dios, en un Creador, pero mi concepto de Dios difiere algo de lo que me enseñaron en mi formación católica. Menciono esto porque dentro de la institución católica existen diferentes ideas y pensamientos.
Yo soy de las personas a las que les gusta experimentar y probar cosas nuevas. Y creo que, para enseñar algo, primero debo vivirlo yo mismo. No puedo aconsejar algo que no he experimentado personalmente, porque eso sería incoherente. Gracias a esta inclinación o ideología, la vida me llevó a leer y practicar acerca del poder de la mente, la energía y la meditación. Fue así como, de manera inesperada, logré entender a Dios y sus funciones. Después de varias experiencias y reflexiones, finalmente pude avanzar y encontrar respuestas a mis preguntas. Aun así, al final de todo, siempre hay una pregunta que no puedo responder. Pero este avance me ha dejado satisfecho, porque he logrado comprender su energía Divina, la vida y mi propia existencia. Ahora, lo difícil es cambiar el comportamiento y el pensamiento que he tenido programados desde mi infancia.
Cada capítulo de este libro son reflexiones que me han ayudado a comprender quién es Dios y como funcionamos como humanos. Sería un error pretender explicarlo todo en un solo capítulo, y probablemente faltarán otras reflexiones para satisfacer a todos. Sin embargo, estos aprendizajes y estas reflexiones han sido suficientes para mí. Por supuesto, no he descubierto algo revolucionario. Estas ideas llevan años en existencia; mi objetivo es simplemente presentarlas de una manera diferente, con la esperanza de que resulten más accesibles. Además, no poseo todas las respuestas, ya que si nos cuestionamos "¿Por qué?" y "¿Cómo?" de manera infinita, inevitablemente llegamos a una pregunta a la que responderemos con un simple "no sé".
Sócrates dijo: «la vida sin preguntas no merece vivirse»
Cuestionarnos es parte de la Fe evolutiva… la Fe lleva consigo respuestas personales, que vienen desde nuestro interior para nuestra sabiduría… única y autentica para la trascendencia del alma….. gracias por compartir 💗💗💗