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DEL CONOCIMIENTO AL AUTOCONOCIMIENTO: EL VIAJE HACIA EL ALMA

Updated: Oct 23, 2023





Antes de continuar leyendo, te invito a cerrar los ojos y reflexionar sobre una pregunta: ¿Qué es el alma? Tómate un momento para responder y luego sigue adelante.


En mi capítulo anterior, "La Conexión Divina: Chispas de la expansión de Dios", llegué a la conclusión de que todos llevamos dentro esa chispa divina de Dios, a la cual llamamos alma. Ahora surge la interrogante: ¿Cómo podemos conectarnos con esa divinidad que reside en nuestro interior?


En mi búsqueda de definiciones del alma, encontré una que me pareció acertada: "El alma es una parte del individuo que contiene una porción divina que imprime la personalidad individual, donde reside la imaginación, los sentimientos y la razón (mente, emoción y voluntad)." Esta definición me resonó, pero no proporciona una guía clara sobre cómo acceder a ella.


Desafortunadamente, en el mundo actual, la mayoría de las personas vivimos atrapadas en la rutina diaria. Nos levantamos, vamos al trabajo, regresamos a casa y nos dormimos, solo para repetir el ciclo al día siguiente. Nos hemos alejado de lo espiritual y hemos perdido de vista el propósito de nuestra existencia en esta tierra. Estamos atrapados en una mentalidad sesgada, sin reconocer el poder que reside en nuestras almas.


Nuestro estilo de vida materialista nos ha hecho olvidar el poder divino que llevamos dentro. Si consideramos que Dios es todopoderoso y que nos ha dotado de una chispa de su divinidad al crearnos a su imagen y semejanza, ¿no es posible acceder a ese poder divino en nosotros mismos para curarnos de enfermedades, traumas y miedos?


La respuesta es sí, podemos hacerlo, pero para lograrlo debemos cambiar nuestra perspectiva del mundo. Es como en la película "Matrix": ¿Quieres tomar la pastilla roja y cambiar tu visión, o prefieres tomar la pastilla azul y seguir viviendo en la rutina dentro de la ilusión?


La definición del alma que mencioné anteriormente representa una visión desde el punto de vista humano, desde nuestra lógica. Sin embargo, ¿por qué no le preguntamos directamente a nuestra alma quiénes somos o de dónde venimos? Nuestra alma posee ese poder divino.


No debemos olvidar que el alma existió antes del cuerpo y seguirá existiendo después de su partida. Es eterna. Sería más lógico permitir que el alma misma nos responda desde su perspectiva. En lugar de buscar respuestas en la lógica humana, ¿no crees que obtendremos una respuesta distinta al preguntarle directamente a nuestra alma?


Imagina que adquieres un automóvil. Tú te sientas al volante y recorres diferentes lugares con él. Luego, llega alguien ajeno y le pregunta al automóvil: '¿Quién eres?' El automóvil responderá: 'Soy un vehículo que se desplaza sobre ruedas'. Sin embargo, si esa misma persona te pregunta a ti, al conductor, '¿Quién eres?', tu respuesta será distinta a la del automóvil. No diras: 'Soy un automóvil'.".


Así es el alma. Al nacer, el alma entra para conducir el cuerpo humano y tomar el control. El problema radica en que el ser humano olvida que hay alguien dentro manejándolo y, al final, ese ser interno desaparece, dejando solo el cuerpo físico manejándose automáticamente, sin la presencia divina que lo guíe.


Entonces, ¿cómo podemos acceder a nuestra alma y hacerle preguntas sobre nuestra identidad y poder? La clave está en apagar la lógica humana y buscar en nuestro interior. La lógica humana reside en el lóbulo frontal del cerebro, y debemos adormecerla para acceder al subconsciente que yace debajo del sistema límbico, en la región emocional. Es allí, en la glándula pineal, el corazón de nuestra alma, donde encontramos respuestas. El Hinduismo la conoce como el tercer ojo. El budismo se refiere a ella como el despertar espiritual. Y en el catolicismo, podemos encontrar una referencia en el siguiente versículo de Mateo 6:22-23: 'La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas...' ¿Podría ser que cuando mencionan 'el ojo', se refieran al tercer ojo o la glándula pineal ya que esta es la que da luz a tu aura, como hace mención cuando dice ‘La lámpara del cuerpo es el ojo’, es decir, el aura de tu cuerpo es la glándula pineal? Y si ¿cuando dice que si tu ojo es bueno, se refiere a que si tus oraciones son de buenas intenciones, 'todo tu cuerpo estará lleno de luz', es decir, con un aura radiante? La glándula pineal es la que accedemos durante la meditación, y cuando lo hacemos con amor y compasión, es la que da luz a nuestra aura, lo que seguramente se refiere Mateo cuando dice: ‘si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz'.


Para adormecer la lógica humana y poder acceder a nuestra alma, existen dos caminos: el sueño y la meditación. Durante el sueño, perdemos la conciencia y no podemos cuestionar a nuestro ser interno. Sin embargo, cuando meditamos, logramos adormecer la lógica humana mientras mantenemos la consciencia despierta y nos sumergimos en nuestro interior.


No entraré en detalles sobre las ondas cerebrales y los estados meditativos, pero al final de todo, nuestros pensamientos, preocupaciones y el mundo exterior desaparecen, y solo queda nuestra conciencia, nuestra alma, navegando. Es aquí, en nuestro mundo interno, donde encontramos nuestra chispa Divina, la chispa que Dios nos ha regalado y que nos hace "hijos suyos". Es aquí donde cualquier duda que tengamos puede encontrar respuesta, ya que estamos conectados con la Divinidad. Aunque el ojo humano no pueda verla, eso no significa que no exista. Es como el aire: no podemos verlo, pero podemos sentirlo.


Una vez que entremos en una meditación profunda y accedamos a nuestro ser interior, hagamos la pregunta: "¿Quién soy?" y/o plantemos problemas que tengamos y permitamos que nuestra conciencia navegue y nos guíe. Nos sorprenderemos con las respuestas que recibamos. Podemos recibirlas a través de visiones, voces, olores, entre otras posibilidades. Es posible que no lleguen de inmediato; el Universo puede responder a su tiempo. Sin embargo, poco a poco comprenderemos nuestra divinidad interior.


Nuestro alma alberga sabiduría y el poder de la Divinidad. Confiemos en ella y permitamos que responda nuestras preguntas. Nadie más puede decirnos quiénes somos y qué es nuestra alma, ya que cada alma es única. Sin embargo, lo que puedo asegurarte es que nuestro alma proviene de la energía de Dios, y al conectarnos con ella, encontraremos respuestas y podremos acceder a nuestros propios superpoderes internos.


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